La industria se halla en proceso de continua modificación, avance y perfeccionamiento. Por eso, el éxito de todo proyecto relacionado con lo industrial depende 100% en adaptarse a estos cambios, se trate de una multinacional, una pyme o un parque, y de alinearse a los nuevos paradigmas relacionados con el medio ambiente.

La historia industrial ha pasado por diferentes procesos, desde los artesanales- manuales, a los mecanizados de producción en masa o procesos automatizados gracias al uso de la electrónica y la informática (Ver imagen) Hoy la industria, denominada 4.0, va camino a utilizar la tecnología, internet y redes para maximizar la eficacia y agilidad de los procesos. Con el agregado de que todo este entramado debe ir en línea con las políticas de sustentabilidad del medio ambiente.

Ahí está la clave, en las políticas de RSE. Por ejemplo, la ONU, la Organizaciones de las Naciones Unidas, en el punto nueve de su Agenda para el Desarrollo Sostenible, del Programa para el Desarrollo Sostenible (PNUD), deja en claro que es necesario «construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación”.

Hoy entiendo este concepto como fundamental, ya que creo que la inversión sostenida en infraestructura e innovación son motores relevantes del crecimiento y el desarrollo económico. Y que la tecnología debe estar aplicada a la mejora continua, que sólo se podrá llevar adelante con un fuerte compromiso con el medio ambiente.

El desarrollo industrial como se viene dando en los últimos años, vislumbra que en veinte años, por ejemplo, no habrá más actividad industrial fuera de un agrupamiento y esto es sumamente importante para las comunidades y el desarrollo sustentable de sus espacios y servicios. 

La inversión industrial en general y la capacitación en especial, será la inversión que más reditúe a mediano y largo plazo.